Concept store es una moda pasajera

Las Galerías de Arte no son una actividad que haya tenido nunca una presencia masiva en nuestras ciudades. A menudo su existencia se veía reducida a zonas concretas; lugares donde eran fáciles de encontrar para el público interesado y donde a modo de gremios medievales, se agrupaban. Los que vivimos de alguna manera este mundo, sabíamos donde dirigirnos para encontrar el grupo de establecimientos dedicados a la exposición y venta de obras de arte. Claro está, que algunas de las Galerías no cumplían esa norma y aparecían en cierto modo aisladas en lugares fuera del circuito, pero eran la excepción.

En resumen, esta actividad no era ni mucho menos masiva en las ciudades.

No es que ahora ello haya cambiado y siguiendo el rastro de otras actividades comerciales la presencia de Galerías de Arte sea masiva, pero sí que mientras muchos de los negocios históricos dedicados a esta actividad han desaparecido multitud de locales con la denominación genérica de Galerías de Arte abundan por doquier.

En general lo que ofrecen estos establecimientos no es propiamente lo que denominaríamos arte o al menos lo que siempre hemos entendido como tal. Es una especie de mezcla de objetos que intentan ser decorativos y que en general siempre habríamos llamado artesanía.

Como la discusión eterna sobre la diferencia entre arte y artesanía sería eso, eterna., no vale la pena extenderse más en el tema, pero si podríamos recapacitar sobre lo que hoy en día ha llevado a la banalización de la palabra Arte.

Nunca esa frase tan castiza de “Ole tu arte” ha sido tan certera. Toda actividad por insustancial que sea, es un arte o se denomina como tal. Ya no se considera la singularidad o el talento ni tan siquiera se atiende a lo sorprendente. Todo es arte. Estamos rodeados de él.

Lo triste es que, lo que en realidad pasa, es que estamos presumiendo de lo que verdaderamente echamos en falta. De ahí que cualquier establecimiento con cosas sin sentido haya terminado por llamarse “Galería de Arte”.