“Solo algunos artistas como José María Peña, son capaces de hacer aflorar en la imagen pintada una segunda realidad, más profunda, casi celular, que aparece sobre la figura en una segunda pantalla, más amplia y más dilatada, que se sobrepone a la convencional. Esta segunda realidad es una síntesis de la mirada investigadora del artista y la anatomía interior del Yo profundo del modelo, que es más difícil de resaltar. La mirada, ojos húmedos, reflectantes y que vibran con los reflejos de la luz, indicando una vitalidad interior”