Vitoria-Gasteiz 1955

  • Su pintura son lugares, manifestando no sólo las dificultades técnicas,
  • sino los efectos evocadores que atesoran las resoluciones.
  • La luz se convierte en una especie de pulso constante entre la diferencia de su naturaleza y la peculiaridad de cada materia,
  • tamizada de atmósfera, contraluces o destellos,
  • que propician motivos donde todo se involucra.

La realidad es la que propicia cualquier tipo de reflexión e interpretación. Tomarla, es sólo cuestión de analizar la relación que existe entre ésta y el grado en que ha de ser articulada como vehículo de expresión. En este hecho, existe, de forma inexorable, un motivo que fundamenta los contenidos que, al ser recreados modifican el universo de las intenciones.
En esa realidad, se halla todo cuanto se conoce  y puede percibirse, por lo que la personalidad cuando el mundo real es interpretado de modo fiel, depende de la atención que el pintor ponga en la búsqueda de elementos.
Aspectos de lo antedicho, fueron y siguen siendo piedras sobre las que la pintura se ha construido a lo largo de la historia que, lejos de estimar agotadas su influencia sobre las emociones, la realidad guarda rincones que el pintor descubre como argumento en paridad con el universo de las sensaciones.
En esta línea de trabajo, hallamos la obra de Carlos Marijuan, un autor que conoce bien el significado de estas palabras, en tanto que ha sido ese poder de la recreación, un compromiso llevado por él hasta las últimas consecuencias en su forma de entender la existencia.
Donde una sencilla puerta resulta un icono revelador de inquietud interna; donde el juego cromático de luz filtrándose entre el follaje, se hace explicita declaración de serenidad.
De ahí que el observador pueda encontrar en cada obra semblanzas que la mirada conoce y la razón eleva a un plano de situación poética, en tanto que no pasa inadvertido el gozo como argumento de expresión más allá de lo descrito.