Más de 500.000 personas y yo…, un perro hecho de polvo de mármol, hemos visitado la exposición de El Bosco en el Museo del Prado.

Vuelvo feliz, alucinado y algo desconcertado. Primero porque he hecho “el borrego”; si, si, “el borrego”. No sabía que la mayor colección de El Bosco está en El Prado y se pueden ver siempre sin necesidad de “las grandes exposiciones” mediáticas.

Otra sorpresa que me ha desconcertado, ha sido el ubicar mentalmente estas obras en su época. ¡Me imagino a Felipe II y toda su Corte vestida de negro, disfrutando de la serenidad de la obra de Tiziano y zas!… ¿Cómo encajo yo estas barbaridades de El Bosco en este entorno…?

Y aún una cosa más, ¿Qué opinaba la Santa Inquisición? Seguro que alucinaba en colores.

He disfrutado y babeado (soy un perro) con la exposición. Ha sido como el túnel del tiempo. He viajado del siglo XVI al XX y he visto a la vez A El Bosco y Dalí, Ernst, de Chirico, Walt Disney y el Palacio de la princesa Leia en Star Wars.

De la pintura flamenca a un tierno paraíso moralista.

prado

Como mamífero de cuatro patas no sabía de todas las barbaridades lujuriosas de las que es capaz el hombre. ¿El Infierno? ¿La Tierra?

En algunos cuadros me he visto a mí mismo paseando entre las bestias más hermosas y tiernas, en otros, me ha dado miedo entrar al ver animales que eran como naves espaciales y otros antropomorfos…con un embudo por sombrero.

Todo aterrador y fantástico a la vez.

No he podido digerir todo lo que he visto, os prometo que cuando alguien me ofrezca un “porro” le diré que se vaya al Prado, se coloque delante de “El jardín de las Delicias” y seguro que se lo pasará mucho mejor. Alucinará seguro… ¡

Desconozco los efectos secundarios pues Felipe II no lo contó nunca.

``Jardín infinito`` Museo del Prado