Mi paseo semanal por exposiciones va dedicado a Gerard Mas en Can Framis.

Como me gusta ir al Poble Nou ahora 22@ y ver cómo se va transformando. Una gozada estar entre el diseño y la tradición industrial. Me gusta. También me gusta reencontrar el edificio de Can Framis: cuidado, bien pensado, luminoso, tranquilo, …todo como debe ser. Antes de entrar, descanso en el patio, me rasco, husmeo, medito. Disfruto del espacio. GUAU ¡

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Entro a ver las esculturas siempre estimadas de Gerard Mas, para llegar a ellas paso por las obras seleccionadas para el premio de pintura VILA CASAS y me encuentro con la obra ganadora, mi querido Hammelin de Jordi Díaz Alamà que nos acompañó al Liceo evocando a Romeo durante la representación de I Capuletti e I Montecchi. Gran obra que destaca por encima de todas. GUAU GUAU.

Por fin llegó a la sala dedicada a Gerard. Me esperan sus damas, la que come chicle, la que lleva ortodoncia, la de las avispas, todas en alabastro, serenas, distantes, divertidas, magnificas. Que delicadeza, sutilidad y picardía. Mientras disfruto de su elegancia, giro un momento la cabeza y, menudo susto. Un pastor alemán está custodiando la sala para defender a las damas. Desde mi altura lo veo enorme, imponente, mi pequeña cola se esconde entre mis patas traseras. Qué raro…no ladra, …no me huele, …. ¿Me acerco? Sí. Me armo de valor y me acerco poquito a poco y…que alegría…ya no tengo miedo, le volteo, me chuleo y él nada, no se mueve.

Este Gerard me ha vuelvo a engañar. Este ejemplar de pastor alemán es de madera ¡ BRAVO y GUAU. Ha trabajado la madera, la ha quemado para dar la sensación del pelaje y le ha puesto unos ojos de cristal que parecen realmente que te miran.

Y YO, feliz y valiente me paseo por la exposición y me siento que soy el único protector de mis damas favoritas.