Mírame, mírame y escucha.

Han pasado treinta y dos años desde que te terminé. Ocho meses pasé escogiendo un bloque de mármol en Carrara que fuera digno de ti. Aunque entonces no eras el único personaje en el que pensaba, si que fuiste en el que puse más esfuerzo para reflejar lo que algunos aficionados a dar nombre a los estilos han denominado la “terribilitá”.

Mírame y escucha.

¿Acaso fui un ingenuo o un vanidoso al intentar con el encargo de Su Santidad, emular a una de las siete maravillas de la Antigüedad, el Mausoleo de Halicarnaso, cuando acepté el proyecto…? ¿Es por ello que una y otra vez he tenido que posponerlo…? Hasta siete veces, en estos cuarenta años.

Primero, la envidia de Bramante hizo que el Papa me despidiera de malos modos y tuviera que volver a Florencia. Me río ahora de ello. No sabía el pobre, que sería yo quien terminaría “su proyecto” de la cúpula de San Pedro.

Luego llamado otra vez por Julio II y amenazado incluso con la excomunión tras mis sucesivas negativas, pensando que retomaría el proyecto, éste me hizo pintar la Capilla y perdí otros cuatro años con ella. Luego, él moriría y otra vez habría de olvidarme de vosotros, de ti y de Lía y Raquel que ya tenía terminadas,

Cuando los herederos de Julio, la familia Della Rovere, me exigieron terminar el sepulcro, realicé hasta seis bocetos distintos. Conseguí, aunque en tamaño más reducido fijar la forma del monumento y terminé los esclavos, el esclavo moribundo y el rebelde. No los conoces, no están ahora aquí contigo, ni siquiera “el genio de la Victoria”. Todas esas figuras que debían acompañarte andan esparcidas en diferentes sitios, incluso en mi estudio, en Florencia.

Mírame y escucha.

Al final observa el resultado, ni tan siquiera estáis donde debíais… en la Basílica de San Pedro.

Quizás tenga razón Ascanio Condivi al denominar toda esta serie de infortunios e inconvenientes “La tragedia de la escultura”. Todo esto, que me ha estado persiguiendo durante cuarenta años de mi vida y el resultado no es el que había soñado

Mírame te digo y ahora… responde.

Dame una explicación.

Habla…¡¡¡¡¡¡

Un martillazo resonó en las bóvedas de San Pietro in Vincoli….