• ``Si cuando leo una buena novela lo vivo como si fuera la protagonista,
  • cuando veo los cuadros de Mónica Castanys
  • siento el calor del sol, el bienestar de las vacaciones, el placer del verano
  • y el gozo del tiempo libre. ``

Con una paleta de colores que rememora lo impresionista, pero con un trazo más expresivo y un gusto especial para iluminar estas escenas estivales, la pintora ofrece una cartografía enigmática de su metrópolis imaginada.

Un lugar donde se convierte en «voyeur» y puede observar con discreción, desde donde retrata, sin interpelar ni molestar, las modelos fortuitas que pasean tranquilamente.

Al mismo tiempo, hace un zoom a su obra [la vida en el espacio público es un tema recurrente de sus óleos sobre madera] y se centra, cada vez más, en resaltar la figura femenina dentro de este tempo lento.

Son turistas que están descubriendo una ciudad, fijando la mirada en todos los detalles donde los transeúntes habituales,apresurados, no repararían nunca. Sólo el artista, que transgrede la norma comúnmente aceptada del retrato y girando la figura renuncia al rostro, conoce y puede desvelar el misterio: Hacia dónde miran todas estas
mujeres sin prisas?

Aina Mercader, Crítica de arte